Este sábado se celebró la primera boda entre dos personas del mismo sexo en la localidad mexicana de Mexicali, después de año y medio de batalla legal en la que las autoridades locales intentaron detener las uniones pese a que fueron aprobadas por la Suprema Corte de Justicia.
José Luis Márquez, abogado de la pareja de hombres que vio hasta en cuatro ocasiones suspendida su boda pese a lo estipulado por el alto tribunal, mostró su satisfacción porque se hayan hecho valer los derechos de los afectados y la legalidad vigente.
A mediodía del sábado, el alcalde Jaime Díaz Ochoa llamó a Manuel y Fernando a sus oficinas para explicarles que no habría más impedimento y que se prepararan porque en ese mismo instante los casarían.
Un centenar de personas que se estaban manifestando a favor de los derechos de la pareja se convirtieron en los improvisados invitados de la inesperada ceremonia que se llevó a cabo ante las cámaras de la prensa local.
Según el abogado, la batalla legal de Víctor Aguirre y Fernando Urías por contraer matrimonio comenzó en junio de 2013 y pese a que los tribunales locales y luego la Corte Suprema se pronunciaron a su favor, el ayuntamiento de Mexicali había bloqueado la boda en cuatro ocasiones hasta ahora.
En la primera ocasión, el Registro Civil se negó a reconocer su derecho con el argumento de que la Constitución Mexicana precisa que la unión civil es sólo entre un hombre y una mujer. Entonces obtuvieron un amparo de la Justicia Federal, que ordenó a la instancia municipal a reconocerles su derecho a casarse, pero fueron rechazados con el argumento que no habían cumplido con el procedimiento y reglamento.
La tercera negativa fue en noviembre cuando la alcaldía adujo que no asistieron a pláticas pre-matrimoniales y en enero el Ayuntamiento les negó el derecho a asistir a las pláticas que es requisito indispensable para llevar acabo el matrimonio.
“No es nada personal. Es respeto al marco legal que nos rige”,había argumentado el alcalde de Mexicali sobre la insistente negativa del Ayuntamiento.
La prensa local informó de que la persona encargada de impartir las pláticas prenupciales en el municipio había presentado un impedimento para la boda con el argumento de que la pareja padecía locura.
Esa respuesta generó una gran movilización social con el hashtag #MisDerechosNoSonLocura en apoyo de Víctor y Fernando y, en opinión del abogado, gracias a eso se consiguió que el gobierno local finalmente accedieraa acatar el fallo de la Corte Suprema y les propusiera casarse el mismo sábado y sin previo aviso.
Urías, muy satisfecho, dijo el sábado a la prensa que su caso era un ejemplo de que “cuando la gente se une, esto funciona” y hay que seguirluchando por los derechos de las personas con apego a la ley.
Sólo el Distrito Federal y el estado de Coahuila han legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero al menos otras cinco parejas del mismo sexo de distintos puntos del país han conseguido casarse amparándose en la Corte Suprema.
Fuente: Cascara Amarga